Grado superior en Administración y Finanzas

 ¡Ya estamos de vuelta! En esta entrada os explicaré el por qué elegí este grado y cómo entré. Para empezar, nos remontamos a 2019. Vivía en Sevilla, con mi madre, buscando activamente empleo. Algún fin de semana en un bar, otro fin de semana en otro. Pero nada fijo. Así que seguí intentando encontrar un trabajo, en la medida de lo posible, estable. Tan estable como la relación que tenía -y sigo teniendo- con mi pareja, de Valencia. 


La cosa iba bien, cada tres meses nos turnábamos para ir a vernos, a lo sumo, diez días. Hasta que una de las veces que ella fue a Sevilla, me propuso ir a vivir a Valencia. Yo no lo tenía muy claro, era arriesgado porque mi vida estaba en Sevilla y la intención era todo lo contrario: que ella fuera a vivir a Sevilla. Debí entenderlo porque ella tenía trabajo y estudiaba, curiosamente, en el CIPFP Ausias March. Ni corto ni perezoso reuní el valor y tomé la decisión de irme. Mi familia, en gran parte, lo vio como una locura, aunque también lo entendían.

El 12 de diciembre partí, con el pensamiento de encontrar trabajo pronto. Seguramente tendría más posibilidades, me ayudaría mi pareja y su familia. Y estaba en lo cierto. Cada semana tenía una entrevista con empresas diferentes. En algunas pasaba a la siguiente fase de selección y en otras sigo esperando respuesta. 

Llegaron las fallas, y con ello, el rumor de un virus que se extendía por Italia, procedente de China. Asistí a una mascletá y, cuatro días después, nos confinan. Se fue la esperanza de encontrar trabajo. Mi pareja, sin embargo, le llamaron de una residencia para comenzar a trabajar como auxiliar administrativo.

Se levantó el confinamiento y empecé a trabajar en el campo. Sabía que era un trabajo duro y no había día que no llegara con las manos llenas de ampollas y quemaduras en la piel. Un mes después, con tendinitis en la muñeca, me dieron de baja y me llamaron para trabajar de montador de camas a través de la recomendación de un amigo de mi pareja. Cubría bajas o jornadas con mucha faena. Lo agradecía porque era un plus.

En ese momento pensé en que no todo sería trabajar en empresas a corto plazo, puesto que yo quería un trabajo estable y, para ello, necesitaría estudiar. Pensé en apuntarme a unas oposiciones de Administrativo para el Estado. Un medio para llegar a tener una base era meterme en el Grado Superior de Administración y Finanzas. También pensé en estudiar algo que me gustara, como un grado relacionado con la Informática y la programación. Pero preferí tenerlo como hobby y estudiar algo con el que tener una base para estudiar unas oposiciones.

Al final me hallo en un Grado Superior de Administración y Finanzas en el CIPFP Ausias March, donde mi pareja está terminando su Grado Superior. Y espero que todo salga bien y me titule en el plazo previsto para, nada más terminar, comenzar a estudiar las oposiciones y, quien sabe, trabajando en la empresa donde haga las prácticas.



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